viernes, 24 de febrero de 2012

¿Le digo ami hijo que es adoptado?

Los padres de un niño adoptado se preguntan si deben decirle al niño que es adoptado y cómo y cuándo deben de hacerlo.
Muchos expertos opinan que se le debe de informar al niño cuando es pequeño, para darle la oportunidad de poder aceptar la idea de que es adoptado.Otros expertos creen que el decirselo a una edad muy temprana puede confundirlo, ya que éste no lo va entender, por lo cual es mejor esperar hasta que el niño sea mayor. Pero cada padre y madre debe observar a su hijo, debe observar si va a ser capaz de entenderlo o será mejor esperar unos años, lo importante e imprescindible es que no se le debe ocultar y tampoco dejar que lo descubra por sí mismo, ya que esto puede generar una desconfianza hacia sus propios padres adoptivos.
Es importante explicarselo al niño de manera tranquila, normal y se pueden utilizar cuentos o historias como apoyo.

Reacción del niño adoptado cuándo se entera de la realidad.

Los niños reaccionan de manera diferente al enterarse de que son adoptados, esto depende de su edad o madurez. Frecuentemente, los niños adoptados cree que los dieron porque eran malos o pueden creer que fueron secuestrados. Si los padres hablan de manera real y como algo normal, es posible que los niños no lleguen a pensar esto.
Cuando el niño llega a la adolescencia empieza a preguntarse sobre cuál será su origen, donde hubiera estado si no hubiera sido adoptado, etc., por lo que es normal si se interesa por sus padres biológicos. Esto no quiere decir que esté rechazando a sus padres adoptivos sino que simplemente quiere conocer datos sobre su origen, con lo cual, los padres adoptivos deberían proporcionarle la información que el niño desea de forma normal.

domingo, 19 de febrero de 2012

La inocencia del niño.


Hace unos días leí este artículo y me apeteció plasmarlo aquí, espero que os guste, al final adjunto la página donde fué publicado.

“La inocencia y la sinceridad residen en el corazón de cada ser humano.”-Maharaji

Durante mucho tiempo, gran parte de nosotros hemos ignorado los hechos fundamentales de nuestra existencia.

Fíjate en los niños pequeños. Son tan inocentes. Vayan donde vayan atraen la mirada de la gente. Es tan bonito cuando miras a un bebé y éste te mira y sonríe. ¡Sin presentaciones! Resultaría muy extraño si entraras en un ascensor y un adulto te empezara a mirar y a sonreír de esa manera. Te sentirías muy incómodo y probablemente mirarías a otra parte.

Pero, con un bebé, ningún problema. El bebé te mira y tú lo miras. ¿Por qué? Porque ves en él esa inocencia, porque sabes que no lo ha ensayado. Es auténtico. El bebé aún no ha aprendido las artimañas del engaño, todo ese jueguecito de cuándo sonreír, y a quién sonreír. Reconocemos la inocencia en los niños porque nosotros también fuimos bebés un día y nos comportamos de la misma manera. Todos los días eran preciosos. El Sol era maravilloso, la Luna era maravillosa. Cada día era diferente y no había nada en lo que pensar del ayer que pudiera arruinar tu día de hoy.

Pues bien, ese bebé sigue ahí. Ese atractivo, esa cualidad de la inocencia, están todavía en ti. El poder dar la bienvenida a cada nuevo día, a cada momento que llega, la dicha de vivir, aún está ahí. Siempre lo estuvo y siempre lo estará. La inocencia y la sinceridad residen en el corazón de cada ser humano.

De todas las cosas que podemos conocer, entre todas las cosas que podemos descubrir, lo que necesitamos conocer es lo que reside en nuestro corazón. Eso es lo que puede marcar la diferencia. Eso es lo real. Lo que hace que la fuente de la sinceridad brote en nuestro interior. Eso es lo que hace que seamos lo que somos. Por eso puedo sentir una dicha que no proviene sino de mí mismo, una dicha que proviene de ser testigo de la belleza que reside en mi interior y no de una manera utópica, sino de una manera práctica.
http://entuinterior.info/blog/2008/07/03/prem-rawat-maharajiblanco-la-inocencia-del-nino/

jueves, 16 de febrero de 2012

MORAL INFANTIL

MORAL INFANTIL


Jean Piaget (1896-1980) desarrolló una teoría sobre el desarrollo de la inteligencia estableciendo unos estadios o fases muy concretas y determinadas.
Su teoría sobre el desarrollo moral también implica estadios o fases. Para Piaget no podemos hablar de moral antes de los dos años.
Distingue dos tipos de moral; la heterónoma y la autónoma. La primera estaría situada entre los 2 y los 7 años y la segunda a partir de los 11-12 años. Heterónoma significa sujeto a la regla o guía de otro.

Las fases que determina Piaget sobre la moralidad son las siguientes:

• Primer estadio. Moral de presión adulta.
o De 2 a 6 años. Los más pequeños consideran que las reglas son inviolables y que como normas, son impuestas desde el exterior por los adultos a quienes deben respetar y obedecer.

• Segundo estadio. Moral de solidaridad entre iguales.
o De 7 a 11 años. Consideran que algunas reglas se pueden cambiar, pero no las más importantes. El respeto a las normas se deriva del respeto hacia el grupo.

• Tercer estadio. Moral de equidad.
o De los 12 en adelante. Las reglas del juego se fundamentan en la voluntad popular. Empiezan a surgir sentimientos morales personales y gracias a esto la rigidez de las normas del estadio anterior desaparecen. La presión adulta comienza a desaparecer y empieza a dejar paso a la propia conducta.

Lawrence Kohlberg (1927-1987) fundamentó parte de sus investigaciones a partir de las ideas de Jean Piaget.
Kohlberg está de acuerdo en que la moral se sucede a través de una serie de fases o etapas y es en este sentido donde coincide con Piaget. Sin embargo considera que el desarrollo moral está vinculado con el ambiente. Por ejemplo, los diferentes niveles morales que establece Kohlberg están íntimamente ligados con los diferentes estadios de desarrollo propuestos por Piaget
Desarrolló sus investigaciones con niños y adolescentes a los que presentó diferentes dilemas morales. A partir de los datos obtenidos en sus investigaciones elaboró su modelo de desarrollo moral que estructuró en 3 niveles y 6 etapas:

• Moral preconvencional (Nivel 1)
o Etapa 1. Castigo y obediencia. Las motivaciones principales del niño están orientadas a evitar el castigo. Tiene un punto de vista egocéntrico.
o Etapa 2. Propósito e intercambio. Su motivación es obtener recompensas de los demás. Predomina el individualismo. El criterio de justicia está vinculado a sus intereses particulares.

• Moral convencional (Nivel 2)
o Etapa 3. Expectativas, relaciones y conformidad. Se centra en evitar la desaprobación de los demás. Hace o actúa según lo que las personas que le rodean esperan que haga.
o Etapa 4. Conciencia y sistema social. El niño desea mantener la ley y el orden por el bien de la comunidad. Lo justo es hacer lo que el grupo ha definido como norma.

• Moral Postconvencional (Nivel 3)
o Etapa 5. Derechos y contrato social. Desea obtener el respeto de la comunidad o de su entorno.
o Etapa 6. Principios éticos. Evitación de la culpabilidad.

Para Kohlberg, el pensamiento moral se desarrolla gradualmente conforme avanza por una serie de etapas de desarrollo moral y no se identifica exactamente por edades.

Carol Guilligan (1936-). Aunque inicialmente fue discípula de Kohlberg, más tarde encontró errores en los planteamientos de este. Por ejemplo, que en las escalas de desarrollo las mujeres alcanzaban resultados inferiores etc..
Decidió realizar su propio estudio y empleó a mujeres (Kohlberg solo utilizó varones) y propuso otro tipo de dilemas más reales.

Si Kohlberg proponía como modelo de desarrollo moral la ética de la justicia, Guilligan apostó por la ética del cuidado.

Guilligan creó y diseñó un cuadro de desarrollo moral centrado en el respeto y la diversidad en tanto que Kohlberg estaba más centrado en la imparcialidad y la igualdad.

Establece tres niveles:

• Primer nivel: Atención al Yo.
• Segundo nivel: Conexión entre el Yo y Los Otros
• Tercer nivel: Equilibrio entre el Yo y los otros en la responsabilidad del cuidado.

martes, 14 de febrero de 2012

La vida de los niños en los centros de atención residencial.

Durante su infancia, algunos niños la viven de una manera muy trágica.
Me refiero a aquellos niños que viven en hogares tan sumamente desestructurados que los servicios sociales no tienen otra opción que alejar al niño de su domicilio habitual.

Cuando esto pasa, los niños pasan a los centros de atención residencial o centros residenciales, donde permanecen el tiempo que sea necesario hasta que se tome una decisión respecto a su futuro.

Cuando los niños llegan a estos centros, sienten una sensación de tristeza, de que están solos en el mundo, por eso es muy importante la labor de los educadores que trabajan en estos centros, ya que les deben dar en todo momento confianza y mostrarles afectos para que puedan superar este trauma.

Algunos niños, cuando llegan a estos centros, se muestran agresivos, o tienen problemas de relación con los propios compañeros que hay en el centro o con el personal educativo, por lo que es muy importante que demos tiempo y comprensión para que los menores puedan adaptarse al nuevo entorno donde tienen que vivir.

Cuando se da una situación así, los servicios sociales intentan que el menor pueda regresar con su familia, porque donde mejor puede estar un niño es con sus padres y familiares, siempre y cuando las relaciones con estos no le perjudiquen.

sábado, 11 de febrero de 2012

El fracaso escolar.

Tanto en periódicos como en radio y televisión los comentarios sobre los errores del sistema educativo son permanentes. Las tertulias televisivas o radiofónicas afinan sus críticas al sistema y al gobierno en una especie de cacería donde todas las artes están permitidas. Da igual la formación de los contertulios, las opiniones emanan con aparente lucidez con argumentaciones y perspectivas dispares. Todo el mundo tiene soluciones al problema. Cualquiera es bueno para decir lo que piensa, otra cosa distinta, es que le ampare la razón y que ésta tenga realmente fundamento.

El fracaso escolar hoy viene influido decisivamente por la propia configuración de la sociedad. Es cierto, que siempre ha existido esta relación, pero en la actualidad, y mucho más en el futuro, la dependencia va a ser vital. Los nuevos modelos de familia, desestructurados unos y con los roles paterno-materno cambiados otros, unidos a las jornadas laborales intensas, han favorecido en muy poco tiempo que la relación padres-hijos se haya minimizado al máximo. De aquí viene la pregunta ¿quién educa hoy a nuestros hijos? En la respuesta encontramos ya una primera responsabilidad.
Por otro lado, la influencia de la Sociedad de la Información en la familia, pero especialmente en la juventud está siendo brutal, con sus matices positivos y negativos. El niño dedica horas de su tiempo, llamémoslo libre, a navegar sin rumbo por internet o a largas y estúpidas charlas en el messenger, en algunos casos con el vecino que tiene tres casas más abajo de la suya.
He aquí cuatro propuestas básicas para paliar el fracaso escolar de un
de un profesor Titular de Universidad de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación entre otras cosas (Antonio Pantoja Vallejo)

1. Obligar a los futuros padres (la palabra suena dura, pero no se me ocurre otra) a realizar cursos de formación previos al acceso de sus hijos a la escuela y después continuarlos de forma sintonizada con la evolución y características psicopedagógicas de su hijo.
2. Fomentar la realización de tutorías. Los padres tienen la obligación (de nuevo aparece esta palabra), al igual que los tutores, de poner en común formas de ayuda a través de las entrevistas tutoriales. Una vez al trimestre es lo mínimo que se me ocurre. A través de la colaboración entre centros y servicios sociales de los ayuntamientos se tienen que arbitrar medidas para que los padres asistan cuando se les cita.
3. No adelantar por inercias corporativas de los propios centros educativos el inicio de aprendizajes tan importantes como la lectoescritura. Cada cosa a su tiempo y no es razonable que en Educación Infantil se plantee de manera generalizada en casi todos los colegios españoles.
4. Llevar a cabo una auténtica prevención del fracaso escolar. Tener listos al profesorado de apoyo para intervenir en el mismo momento que los problemas empiecen. Hacer programaciones compartidas y modificar, si fuera preciso, el modelo de refuerzo, haciéndolo el tutor y llevando a cabo la clase ordinaria el maestro de refuerzo.

martes, 7 de febrero de 2012

La educación sexual y los padres.

El desarrollo de la sexualidad humana empieza con el contacto físico, cuando los bebés son sostenidos y acariciados. Eso es necesario y natural que ocurra. No se debe privar al bebé de contactos corporales. Es necesario reconocer al niño como ser sexuado, en relación consigo mismo y con otros, para que se construya una identidad sexual propia.

La sexualidad infantil es una de las puertas a través de la que el niño desarrolla su personalidad y sus relaciones con la afectividad. La sexualidad es un aspecto natural en los seres humanos, una función de la persona como comer, caminar, leer, estudiar, etc. Y como tal, debe ser un tema tratado con naturalidad, honestidad, cariño, y debe tener su propio espacio dentro del proceso educativo del niño.

Los caminos que llevan al conocimiento de su propio cuerpo y de sus sensaciones no siempre son los más adecuados para los niños. Hoy día, las interferencias en este proceso de aprendizaje hacen que el niño esté, cada vez más temprano, expuesto a unas manifestaciones severas, y en muchos casos incomprensibles, de la sexualidad. El culto a la belleza, al físico y a la seducción, en los medios de comunicación, no distinguen la edad de su público. Hay un abuso de las manifestaciones sexuales, a las que los niños están indiscriminadamente expuestos. Los contenidos sexuales pueden acelerar las manifestaciones de los niños en el tema de la sexualidad, considerando que ellos aprenden imitando lo que ven de sus padres, de la televisión, out-doors, de bailes y ropas eróticas de moda, etc.

Las malas influencias conceden nociones equivocadas y perjudiciales al niño. De una forma general, lo único que puede evitar estas malas interferencias es la familia. Son los adultos, los padres, los que deben ejercer el papel de filtro de las informaciones. Es necesario crear y mantener un canal abierto de comunicación con los hijos, espacios de discusión y de intervención sobre lo que es correcto y lo que no, relacionados a todos los temas, y en especial a la sexualidad. Es conveniente vigilar de muy cerca el entorno y las actividades del niño, para orientarle cuando crea necesario. En la medida de lo posible, no se debe perder ninguna oportunidad para entablar conversación sobre sus dudas e intereses.

EL DESCANSO:LA SIESTA


Aunque todos reconoceréis las palabras y normas que escribo en este post creo que este momento en la rutina es tan importante que no debemos olvidarlo tanto cuando estemos trabajando o con los niños que tengamos más cercanos a nivel familiar.

Actualmente los niños duermen poco y prescinden de la siesta a una edad demasiado temprana. Es importante tener en cuenta que lo pequeños necesitan equilibrar sus ratos de juego y actividad con otros de tranquilidad y descanso, que le ayudaran a interiorizas las numerosas impresiones recibidas a lo largo de la jornada. Esto también nos evitara no pocas discusiones motivadas en gran parte por una excesiva carga de sus sentidos.

Momentos de intimidad y silencio, hablarles en voz baja, una suave melodía o su muñeco favorito bajo una luz cálida y suave propiciaran este descanso tan necesario. La regularidad, la rutina y el ritmo ayudan a calmar al pequeño.

A la hora de la siesta la coordinación entre la escuela y los padres juega un papel muy importante que requiere respeto, paciencia y unas condiciones ambientales idóneas. Además se ha de seguir una rutina con horarios fijos. Las actividades previas han de ser relajadas para que este paso de la vigilia al sueño sea más fácil y les ayuden a reconocer el momento del descanso. Es imposible que un padre o educador angustioso consista calmar a un niño. Podeos acompañarles con caricias y gestos.

jueves, 2 de febrero de 2012

LA IMPORTANCIA DE SABER EDUCAR




No es necesario decir que nuestra titulación nos va a permitir en el ámbito laboral llegar al corazoncito de un montón de peques de los que aunque creamos que no, vamos a aprender un montón. No hay cosa más maravillosa que introducirse en el mundo de los niños para darse cuenta de que cuando se traspasan las puertas de la Escuela Infantil, dejamos atrás todo aquello que nos tiñe de un color oscuro nuestras vidas,las preocupaciones, los problemas, las inquietudes,...
En el mundo de la infancia se vive de otra manera principalmente porque el que sabe dónde va se convierte en un peque más y lo más importante de todo es el no borrar la sonrisa de nuestras caras, irradiando felicidad por los cuatro costados (aunque hay momentos de todo, claro está).
Finalmente deciros que debemos disfrutar al máximo de nuestras prácticas aprendiendo lo bueno de los profesionales que nos rodean y dando lo mejor de nosotros además de todo lo que hemos aprendido...

El desarrollo sexual en la infancia.


Casi sin darnos cuenta, los niños se van haciendo mayores, van creciendo ante nuestros ojos. La mayoría de los padres saben por las etapas que pasa el crecimiento de los niños, y si no lo saben lo preguntan al pediatra o a otros padres. Es normal que los padres sepan a qué edad se espera que su hijo empiece a hablar, a andar o a qué edad le deben salir los dientes.

No pasa lo mismo con el desarrollo sexual. La sexualidad de los niños también va pasando por una serie de fases, pero por vergüenza, por tabú, por la educación que nos han dado, o por los motivos que sea, no suele ser un tema de conversación, o no se suele preguntar con tanta frecuencia a los diferentes profesionales que pueden conocer el tema.

Alrededor de los dos años, los niños muestran una gran curiosidad por su propio cuerpo. Les gusta mirarse y compararse con el cuerpo de los demás. El primer paso para conocerse a sí mismos y desarrollar un autoconcepto (imagen que cada uno tenemos de nosotros mismos) y una autoestima (valoración que tenemos de nosotros mismos) adecuados, es conocerse. Por esta razón los niños se exploran y se “tocan”. Llega un momento en que descubren que tocar ciertos puntos de su cuerpo les produce placer, y como les gusta, es normal que repitan.

Por este motivo es habitual que los niños entre los dos y tres años se toquen. Los padres deben comprender que es normal en el desarrollo de un niño, y en ningún caso deben castigarle alegando que es algo malo.

Lo más importante es entender que los niños/as están aprendiendo y comprendiendo el mundo que les rodea. Tienen muchas preguntas y muchas inquietudes. Los padres/educadores deben estar allí para responder a todas sus dudas y hacer que los pequeños se sientan cómodos preguntando.