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Aunque todos reconoceréis las palabras y normas que escribo en este post creo que este momento en la rutina es tan importante que no debemos olvidarlo tanto cuando estemos trabajando o con los niños que tengamos más cercanos a nivel familiar.
Actualmente los niños duermen poco y prescinden de la siesta a una edad demasiado temprana. Es importante tener en cuenta que lo pequeños necesitan equilibrar sus ratos de juego y actividad con otros de tranquilidad y descanso, que le ayudaran a interiorizas las numerosas impresiones recibidas a lo largo de la jornada. Esto también nos evitara no pocas discusiones motivadas en gran parte por una excesiva carga de sus sentidos.
Momentos de intimidad y silencio, hablarles en voz baja, una suave melodía o su muñeco favorito bajo una luz cálida y suave propiciaran este descanso tan necesario. La regularidad, la rutina y el ritmo ayudan a calmar al pequeño.
A la hora de la siesta la coordinación entre la escuela y los padres juega un papel muy importante que requiere respeto, paciencia y unas condiciones ambientales idóneas. Además se ha de seguir una rutina con horarios fijos. Las actividades previas han de ser relajadas para que este paso de la vigilia al sueño sea más fácil y les ayuden a reconocer el momento del descanso. Es imposible que un padre o educador angustioso consista calmar a un niño. Podeos acompañarles con caricias y gestos.
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