martes, 15 de noviembre de 2011

Empatía.

En sentido muy general, podemos decir que una persona que tiene empatía, tiene la capacidad de ponerse en el lugar de otra persona con el objetivo de acercarse lo máximo posible a una situación, en ocasiones desconocida, y poder crear de forma simbólica las sensaciones o emociones que esa persona experimenta en una situación en particular.

Que un adulto tenga empatía, dice de él que tiene buenas habilidades sociales, que sabe conseguir sus metas, manteniendo su autoestima y sin causar efectos negativos en las personas que le rodean.

Es un concepto que parece tan complejo, que no imaginaríamos nunca que se pueda dar en niños menores de tres años. Esto no quiere decir, que la empatía del adulto sea la misma que la del niño, hay que matizar algunos aspectos porque no estamos hablando del mismo desarrollo cognitivo, aunque en ocasiones, los niños muestran tener mayor desarrollo que algunos adultos.

No obstante, gran parte de las diferencias existentes en el grado de empatía que se pueden observar en los niños, viene a estar directamente relacionada con la educación que sus padres proporcionan a sus hijos. Como conclusión a lo último dicho, el grupo de la familia, vuelve a cobrar el mayor protagonismo en el desarrollo y la educación adecuada en los niños. Por ello y para ellos, debemos enseñar a los más pequeños a que sean conscientes de las repercusiones provocadas por su conducta o a transmitirle que sabemos cómo se siente, y que incluso podemos y queremos compartir sus sentimientos.

Por otro lado no debemos olvidar que los niños aprenden por imitación, por lo que no debemos aprovechar la ocasión para reflejar la empatía en nuestros propios actos, de forma que lo pueda comprender y lo pueda comenzar a practicar de manera inconsciente.

Aquí os dejo un vídeo que ha sido galardonado como el mejor vídeo publicitario.

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